Datos de interés:El castillo, que se sitúa sobre una loma denominada cerro Horcajo toma el nombre del cercano rio Aulencia, aunque es más conocido como el castillo de Villafranca.
Pero al castillo también se le conoce como castillo de Villafranca por la aldea que surgió junto al castillo (esta aldea está desaparecida en la actualidad) y que anteriormente se llamaba El Horcajo y que fue sustituido por el de Villafranca, a instancias del rey Juan II de Castilla (1405-1454).
La construcción del castillo no está fechada, aunque en un testimonio de Don Alfonso, en Madrit (Madrid), en el año 1450 se le nombra como fortaleza y a su dueño Alonso Álvarez de Toledo, coincidiendo con la fundación de un mayorazgo.
Alfonso Álvarez de Toledo fue un noble que sirvió al rey Juan II de Castilla.
Otra de las pocas referencias de la fortificación es del 10 de marzo del año 1494, en un documento datado en Medina del Campo donde se dicta una instrucción para que «el alcalde de Villafranca haga vida con su mujer y deje a su manceba».
En 1455 un real decreto de Juan II, libraba el lugar de tasas al mismo tiempo que cambiaba su nombre a Villafranca del Castillo.
Don Alfonso y su mujer, Catalina Núñez fueron los fundadores de la villa.
Según un real documento, el lugar únicamente podía ser adquirido de forma hereditaria (excepto en casos de muerte sin descendencia, obviamente).
No podía ser vendido, cedido, regalado, endosado ni nada parecido.
No se conserva información de su evolución desde mediados del siglo XV hasta principios del XVIII cuando Villafranca entra en decadencia al perder la propiedad la familia de los Álvarez de Toledo, pero en el año 1813, el testamento del Marqués de Gelo y Villamagna se refiere a Villafranca del Castillo como un despoblado.
En el siglo XIX pasó a manos del marqués de Soto Mayor y en el año 1844 la hijuela del Marqués de Sotomayor dice que Villafranca del Castillo consta de un caserío, unos viñedos, un chaparral y unos campos, todo ello valorado en 1.
329.
850 reales.
En el año1880, pasa a manos de Don Fernando Puig y Gilbert, hasta el año 1918, cuando fue comprado por la familia Ballesteros, sirviendo el castillo como habitación del guarda.
Durante la guerra civil española, fue utilizada como refugio de una brigada de soldados soviéticos, que apoyaban al bando republicano, sirviendo como fortín en la batalla de Brunete.
Se trata de una construcción cuadrangular de pequeñas dimensiones de tipo mudéjar castellano, con fábrica de mampostería con encintados de ladrillo, con un doble recinto de murallas y un torreón en el centro.
Los muros son de un grosor de 1´50 y unos 6 metros de altura aproximadamente y 25 metros de lado.
Está formado por un cuerpo principal, de planta cuadrada, alrededor del cual se extiende una barbacana exterior.
Consta de una gran torre del homenaje de unos 20 metros de alto y un ancho de 14 m por 13m, que se encuentra en una de las esquinas, ocupando la cuarta parte de la planta del conjunto y 8 torres cilíndricas instaladas en los vértices de la muralla 4 de ellas situadas en los ángulos y las restantes en la parte central de los paños.
Las torres cilíndricas son macizas excepto las de los paños delantero y posterior, esta última da acceso al exterior del recinto principal, en concreto al espacio entre éste y la barbacana.
El torreón posee la particularidad de tener un portillo al que se accede torciendo en recodo desde la torre a la que se ingresa por el patio y dando al exterior protegida por el segundo recinto.
De este segundo recinto no queda más que los restos de un muro con las bases de 3 torres por el norte, situado al borde del foso, excavado aquí por ser la parte más vulnerable de la fortaleza y en el lado oeste se aprecian unas hiladas de piedra del mismo recinto.
La torre del homenaje, posee 4 plantas, de las que la última, según parece ser, fue levanta más tarde que el resto de la fortaleza, aunque guarda bastante similitud con el resto de la obra (solo unos chaflanes en las esquinas y el color de sus materiales denotan este cambio).
Se ingresaba en esta por la segunda planta, por una puerta situada al sur y daba acceso a una escala partida en 2, por unos arcos de ladrillo que sujetaban a su vez, las otras 2 plantas, repitiéndose en la segunda este mismo tipo de separación, una vez dentro de esta estancia, una escalera conducía a los pisos superiores.
La torre contaba además con chimenea.
De la terraza no queda nada y sus almenas debieron ser sustituidas por un pretil todavía existente en algunos tramos, en su cara sur quedan restos de una espadaña con una cruz de hierro.
En el patio dela fortaleza y en la cara oeste de la torre quedan los restos de un pequeño aljibe, también construido en ladrillo y al que baja una pequeña escalera muy deteriorada.
Existen además en el castillo algunas estancias subterráneas.
Estado: Ruinas
Visitable: Si
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