Datos de interés:
Fue una de las ciudades de Al Ándalus, la primera referencia documental data del año 785 cuando los Omeyas la fundan con el nombre de Qal’at Rabah, ubicándose junto al margen izquierdo del río Guadiana, cerca del arroyo de Valdecañas, siendo una de las ciudades islámicas más antiguas de la Península Ibérica, (época de Abderramán I), estas fuentes documentales, nos dicen que el emir de Córdoba Abd al-Rahman I, persiguió a un rebelde toledano llamado Abu al-Aswad.
En época omeya, el enclave jugó un papel decisivo en las luchas que enfrentaron a los muladíes de Toledo con Córdoba.
Pero su importancia se acentuó, llegando a ser la capital islámica de la región entre 854 y 1147, cuando a raíz de su práctica total destrucción en ese año por los rebeldes toledanos, fue reconstruida de forma inmediata por Al-Hakam, hermano del emir Muhammad I, quien al año siguiente ordenó repoblarla con gentes venidas de la antigua capital visigoda de la región, Urit -la actual Oreto.
A partir de ese momento, se convirtió en la ciudad más poblada entre Córdoba y Toledo hasta el siglo XIII, gozando de gran importancia.
Calatrava tenía una importante situación estratégica, ya que se localizaba en la margen izquierda del río Guadiana, de mucho mayor caudal en el medievo, que lo convertía en un sistema defensivo hidráulico capaz de dejar el lugar en una verdadera isla entre las aguas.
Fue un importante cruce de caminos (por aquí pasó la vía principal que unía Córdoba y Toledo, Mérida con Zaragoza y el Atlántico con el Mediterráneo).
Esta situación dio lugar a un intenso tráfico comercial en la zona, convirtiéndola a su vez en un enclave crucial en el sistema defensivo de la Meseta.
Sin embargo, el carácter pantanoso que presenta el río Guadiana en el tramo en el que se localiza la ciudad, provocó la retención y estancamiento de aguas, siendo el origen de enfermedades y de malos olores, provocando su rápido despoblado una vez fue abandonada como enclave militar.
La etimología del nombre, Calatrava deriva del árabe Qal’at Rabah.
Si bien la primera parte del epónimo hace referencia a «fortaleza«, se desconoce el significado de la palabra Rabah, aunque podría hacer referencia al nombre del primer encomendado o fundador de la ciudad en el siglo VIII.
Posteriormente, ya en época de la reconquista, y al pasar a formar parte del reino de Castilla, el nombre de la ciudad fue adaptado al castellano bajo el topónimo de Calatrava.
Tras la abolición del Califato, en 1031, Calatrava gozó de cierta independencia y notable prestigio, al tiempo que los reinos taifas de Sevilla, Córdoba y Toledo se disputaban su posesión.
Hasta la llegada de los almorávides, los gobernantes de Calatrava se debatirían alternativamente, casi siempre por decisión propia, entre las esferas de influencia de los reinos toledano y sevillano.
La ciudad pudo pasar por vez primera a manos cristianas en 1085, después de la conquista de Toledo por Alfonso VI.
Pero, de ser cierta, esta ocupación habría sido muy breve como consecuencia de la inmediata llegada de los almorávides, que, tras la batalla de Zalaqa en el año 1086, se apoderaron de toda la región, llegando hasta las inmediaciones de Toledo.
En el año 1147, en pleno declive del poder almorávide, la ciudad fue tomada por Alfonso VII, convirtiéndose en la plaza cristiana más avanzada frente a Al-Andalus y que se la cedió a la orden de Temple.
Pero tras fracasar la encomienda dada a los templarios (1149-1157), Sancho III entregó la plaza a la orden del Cister en el año 1158, lo que dio lugar al nacimiento de la primera orden militar hispana, que adoptaría el nombre propio del lugar.
Como cabeza de la orden de su mismo nombre, Calatrava permaneció integrada en el reino de Castilla hasta el año 1195, año en que los almohades la recuperarán para el Islam a raíz de su victoria sobre Alfonso VIII en la batalla de Alarcos.
No obstante, el propio Alfonso VIII la retomará definitivamente en 1212, pocos días antes de la batalla de las Navas de Tolosa.
La plaza, que volvió inmediatamente a manos de la orden de Calatrava, inició a partir de entonces un irreversible proceso de decadencia.
La nueva realidad política de la región provocó la completa desarticulación de los condicionantes geoestratégicos que habían asegurado durante siglos la prosperidad de la ciudad.
Ésta, ubicada en un lugar malsano y demasiado lejos de la nueva línea de frontera, no era ya la sede más adecuada para la orden, cuya cabeza se trasladaría muy pronto (1217) a la antigua fortaleza calatrava de Dueñas, unos 60 kilómetros más al sur, que a partir de ese momento sería conocida como Calatrava la Nueva.
La antigua Calatrava, citada desde entonces como Calatrava la Vieja, quedó como cabeza de una encomienda más de la Orden.
La fundación de Ciudad Real por el rey Alfonso X en 1255, ayudó a su declive, ya que realizó el desvío del camino de Córdoba a Toledo, dejando a Calatrava fuera de la ruta entre ambas ciudades, terminando así por despoblarse definitivamente a finales del S.
XV.
En los primeros años del siglo XV, la sede de la encomienda fue trasladada a Carrioncillo (hoy Carrión de Calatrava).
A comienzos del siglo XVI, Calatrava aparece ya completamente abandonada, convertida en un despoblado arruinado próximo al viejo camino entre Andalucía y Toledo, tal como demuestra el testimonio de 2 ilustres viajeros de la época, Fernando Colón y Andrés Navagero, quienes hacia 1520 y en 1526, respectivamente, se desviaron un poco de él para visitar las ruinas de la que fue antigua ciudad:
“Calatraua la bieja hera çibdad despoblada e hera en tiempo de moros de doçientos vezynos e tiene las casas muy fuertes de tierra e tiene aun fortaleza e estan en pie los palacios del rrey moro e no mora en ella nadie por ser doliente por cabsa de los olores del guadiana que pasa junto con ella por la parte de malagon e tenia en tiempos moros e agora tiene una caba que se sale de guadiana llena de agua e arrida la villa e tornase a entrar en el rrio e lleva la cabeça del maestrazgo”.
“Una legua más alla de Carrioncillo se pasa el Guadiana, dejando á la derecha la ciudad de Calatrava, situada en un cerro entre unos riscos que la circundan como fortísima muralla, pero está arruinada y desierta por los malos aires que en ella reinan á acusa del rio, que es allí pantanoso y está lleno de juncos y cañas como una laguna”.
El castillo de Calatrava la Vieja o Calat Rabaht está construido a base de tapial, mampostería y sillería, con una estructura compleja y una planta poligonal.
El conjunto se compone de 3 fortalezas, alcázar, ciudad, arrabales murados (hoy desaparecidos).
-El Alcázar, es de planta triangular, con unas dimensiones de unos 3.
500 m2 y estuvo en funcionamiento durante casi 700 años.
De entre las estructuras localizadas en su interior destacan.
El aljibe, de época islámica, que pasaría a convertirse en una mazmorra en época posterior, una posible sala de audiencias de época de taifas en la que se ha documentado también una gran piscina.
O los restos de los cimientos de la iglesia templaria (sólo se ha documentado parte del ábside, ya que parece que la iglesia nunca se terminó, de planta dodecágona es uno de los pocos testimonios constructivos que tenemos de la orden del Temple en Castilla).
-La ciudad de Calatrava la Vieja se localiza en un cerro amesetado sobre elevado sobre la llanura que le rodea, la única defensa natural del asentamiento es proporcionada por el río Guadiana, el cual protege a la ciudad por el lado septentrional.
En el resto de flancos fue necesaria la construcción de muralla y foso para proteger el acceso a la misma.
La muralla data en su mayoría de época omeya.
El recinto amurallado se adapta al contorno del cerro, dando como resultado un perímetro de planta elíptica de 400 metros de eje mayor y 190 metros de eje menor.
Se encontraba jalonada por más de 50 de torres de flanqueo y las singulares corachas, ideadas para abastecer de agua la ciudad si era cercada.
La coracha formaba parte del sistema hidráulico de la ciudad, ideadas para abastecer de agua la ciudad si se sufría un asedio.
Coracha, en árabe qawraya y quraya, es un término de origen islámico que se da al muro que sale perpendicular a una muralla o fortificación con la intención principalmente de proteger el abastecimiento de agua de un río o pozo.
Parece que ya en el año 854 estaría en funcionamiento.
Fuera del recinto amurallado, la ciudad de Calatrava contaba con amplios arrabales (barrios extramuros) que rodeaban la ciudad.
Se han documentado varias necrópolis, zonas industriales de producción de cerámica, restos de una coracha de abastecimiento de agua, restos del molino y puente de Calatrava, así como restos de una posible mezquita.
En el arrabal norte del alcázar estaba el urbanismo cristiano de los siglos XIII y XIV sobre algunas de las estructuras domésticas que son previas, de época almohade (siglos XII-XIII).
Completa sus defensas artificiales con un foso húmedo artificial de 750 metros de longitud y 10 metros de profundidad, que está excavado en la propia roca del cerro donde se localiza el asentamiento y que se nutría de las aguas del río Guadiana.
En cuanto a las puertas de acceso a la ciudad, en Calatrava la Vieja se documentan 2 puertas en recodo de época emiral.
Una da acceso a la ciudad por el lado sur y otra que se localiza en el alcázar, el llamado Arco del Triunfo, ambas puertas salvaban el efectivo foso que rodeaba las murallas.
Estado: Ruinas
Visitable: Si
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