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Tipología   
Nombre del castillo:
Población:
Provincia:
Estado:
Castillo de Capilla
Capilla
Badajoz
Ruinas

Datos de interés:
El emplazamiento de la fortaleza de Capilla es especialmente favorable para la defensa, el castillo de Capilla ocupa una posición fundamental para el control visual de varias rutas importantes de comunicación y abastecimiento, tanto en dirección norte-sur como en dirección este-oeste.

Sin embargo, la visibilidad del emplazamiento se encuentra sensiblemente mermada tanto hacia el sur, por donde resulta dominado por la Sierra del Palenque, como hacia el oeste, por donde se interpone la Sierra del Torozo.

Capilla ha sido foco de asentamientos humanos desde la más remota antigüedad, como lo testimonian las abundantes pinturas rupestres de la zona.

Con los celtas fue Miróbriga Turdulorum, y bajo dominación romana continuó siendo un centro poblado de notable importancia como lo atestigua el que Plinio lo denominara insigne municipio.

Pero poco sabemos de Capilla y su castillo, hasta el momento de la reconquista.

En conjunto y la comarca sufrieron una expedición contra los malhechores de Caracuel y las montañas de Al-Baranis, zona de Almadén, en 912.

Ya desde época islámica, el castillo de Capilla constituyó un importante enclave de control estratégico de las vías de acceso hacia Mérida y Sevilla, Córdoba, Almadén y Toledo.

Durante el dominio templario funcionó, además, como punto clave en el control de la densa red de vías pecuarias establecida en la zona para el paso de ganados trashumantes, y se convirtió en el centro administrativo y fiscal de la encomienda homónima, una de las más extensas de la región.

Algunos autores sitúan el origen del castillo de Capilla en el periodo de dominio almorávide en al-Andalus (1086-1147), aunque la aparición de materiales cerámicos musulmanes anteriores al periodo almorávide parecen indicarnos que el origen de esta fortaleza debe de provenir del periodo Omeya.

Tras la toma de Toledo en 1085 por parte de Alfonso VI y la posterior conquista de Coria en 1142 por las tropas de Alfonso VII, Capilla se convirtió en una de las posiciones más avanzadas de al-Andalus frente a los reinos cristianos, y en paso obligado de éstos hacia el sur.

En este periodo son comunes las incursiones cristianas a esta zona y convierte Fahs al Ballut en una zona fronteriza, dándole prioridad a la defensa militar, creándose un encastillamiento y un agrupamiento de la población en torno a estos recintos fortificados.

Esta puede ser una explicación al gran número de habitantes que existían en Capilla en el momento de la conquista, ya que los restos conservados nos muestran su gran capacidad defensiva, aunque será Gafiq quien dirija la resistencia de la zona.

Con todo, la primera cita documental cristiana conocida sobre Capilla data de 1182, el 30 de septiembre de ese año, Alfonso VIII firma en Alarcos un diploma que concede a la Orden de Calatrava el derecho al cobro de impuestos por el paso de los ganados que circulaban desde Toledo a Córdoba pasando por Capilla y Gahet (Belalcázar).

La escasez de fuentes contrasta con la importancia de su resistencia y el gran interés por parte del rey Fernando III de su conquista.

Seguramente hay que relacionarlo con la fortaleza de las defensas del castillo y la concentración de la población en torno a estos recintos bien protegidos.

Tras la descomposición del poder almohade como consecuencia de su derrota en las Navas de Tolosa (1212), Capilla cayó primero en la órbita de la taifa de Sevilla, y después en la de Baeza.

Al rey de Baeza pertenecía la fortaleza de Capilla precisamente cuando Fernando III de Castilla acometió su conquista, en 1226, episodio del que aporta detallada información la Crónica Latina de los Reyes de Castilla.

La forma de la fortaleza es de polígono irregular, adaptándose al terreno con una fábrica de sillarejo encintado, con los paramentos rellenos de piedra, restos cerámicos y tierra, las puertas y ventanas están fabricadas con ladrillo.

Los cubos estaban adornados con frisos, también de ladrillo, a la altura de las aspilleras.

El acceso se encuentra al final de una larga y empinada rampa en el flanco oeste, donde se conservan 3 cubos cilíndricos que defienden la zona más vulnerable de la fortaleza.

Una barbacana defiende la puerta principal.

Por el lado este, el más inaccesible, hay restos de un cubo cilíndrico y otro de planta cuadrada que protege la poterna situada en ese lado.

El interior está dividido en 2 patios de armas.

-En el primero podemos ver la boca de un aljibe excavado en la roca, la escalera en recodo por la que se llega a la puerta del segundo recinto y la poterna.

-En el segundo, restos de un aljibe edificado sobre el terreno y restos de dependencias.

Las torres cilíndricas, que cortan el paso del adarve, cuentan con una cámara menos la situada en el extremo sur, con una cámara al nivel del adarve y otra inferior, que dispone de una aspillera orientada para disparar sobre la puerta principal.

Se observan en ella los mechinales de las vigas que sustentaban el entresuelo de madera.

En el adarve, sobre la puerta de acceso, se ven los restos de lo que debió ser un matacán.

Ese tramo cuenta además con parapeto hacia el interior del recinto, formando así un pasillo entre las torres para poder hostigar desde él a posibles atacantes que hubiesen podido franquear la entrada.

Se conservan restos de las antiguas murallas árabes tanto en el flanco sur como en el norte.

Las del lado sur defendía el sendero de acceso obligando a pasar al menos por 3 puertas para llegar a la fortaleza.

Las del lado norte eran dos antemuros que tienen restos de torres de planta cuadrada en sus extremos.



Estado: Ruinas

Visitable: Si

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