Datos de interés:
El topónimo con el que se conoce la fortaleza situada en la entrada a la ciudad por la antigua carretera del Norte, junto al cauce el barranco de Mata, tiene su origen en la casa-mata construida en el extremo de poniente de la muralla septentrional de la Ciudad.
El Castillo de Mata es el resultado de las diversas edificaciones que durante más de cuatro siglos se han construido en torno a la defensa primigenia, alzada en el último tercio del siglo XVI.
La descripción que hace Leonardo Torriani (Descripción e historia del reino de las Islas Canarias, antes afortunadas con el parecer de sus fortificaciones, Traducción del italiano, con Introducción y Notas, por Alejandro Cioranescu, Sta.
Cruz de Tenerife, 1959), cumple con el mandato de Felipe II para visitar la isla al objeto de conocer de sus fortificaciones y necesidades ante los continuos ataques de piratas y corsarios, así como las incursiones berberiscas.
Realizó dos viajes, uno antes de 1586 y otro en 1587 ampliada a todo el archipiélago.
Con respecto a la muralla septentrional de la Ciudad dice: «La muralla roja (color de tinta con que la pintó en los planos), en dirección norte, es un largo lienzo de muralla, con dos baluartes a los extremos, el que está cerca del mar se llama Santa Ana, por la advocación de la catedral».
El baluarte junto al mar estaba situado aproximadamente al final de la calle Bravo Murillo, junto al parque de San Telmo donde luego se construiría el desaparecido Muelle de San Telmo o primigenio Puerto de Las Palmas.
El otro baluarte que menciona sin dar detalles, es precisamente la casa-mata que presumiblemente era un torreón redondo o cubelo (por su forma de cubo) cuyo diseño fue elaborado por el ingeniero Juan Alonso Rubian entre 1572 y 1573, siendo autorizada la construcción de la muralla y la torre por la orden real de 4 de diciembre de 1576, que se terminará en tiempos del gobernador Diego de Melgarejos entre 1575 y 1577.
Respondían al nuevo diseño surgido para las posesiones fuera del territorio de la península de la Corona de Castilla, que abandonaba los característicos castillos en cumbres altas e incorporaba elementos de tiro y defensa, compaginando los viejos matacanes y garitas con los avances técnicos de saeteras y troneras para armas de fuego, adaptando muros, paramentos y conoramientos a la artillería para la defensa de su emplazamiento en un llano, donde las murallas eran flanqueadas por torres o cubos en los ángulos, generalizando el uso de la sillería y el ladrillo.
En el archivo de Simancas se conserva un plano del Castillo de la Ciudad confeccionado por Próspero Casola quien llegado a la isla, contrajo matrimonio, obtuvo su residencia y el título de regidor.
Participó en la defensa de la Ciudad tanto en el intento de desembarco de la armada inglesa de Drake y Hawins, como en el ataque de la flota holandés, proyectando después la construcción de nuevas defensas para la Ciudad.
El ataque de las tropas del almirante holandés Pieter van de Doez en 1599 debió dejar bastante dañada la muralla y la torre, siendo reconstruido por el gobernador Francisco de la Rúa entre 1613 y 1614, adquiriendo una forma de fortín que introducía bóvedas de techumbre, escaleras intramurales, letrinas, chimeneas y ventanales con cortejadores para alcanzar una mayor protección defensiva.
Con posterioridad tuvo diversas intervenciones arquitectónicas, siempre buscando su adaptación a los tiempos en materia defensiva, hasta que en 1997 se puso punto final a su uso militar, si bien había sido declarado muchos años antes Monumento Histórico Artístico, concretamente el 22 de abril de 1949.
Durante este tiempo fue consolidándose su nombre como Castillo de Casa Mata, que quedaría abreviado y conocido como Castillo de Mata, aunque oficialmente se le llamó en la primera mitad del siglo XX Cuartel Alonso Alvarado en memoria del gobernador que defendió la Ciudad frente a la tropas holandesas, erigiéndose con posterioridad un monolito en su recuerdo en la fachada de naciente.
Con el nombre del Castillo es conocido también el barranco próximo y el entorno donde se ubica, y que está siendo objeto de un ambicioso proyecto de restauración y adecuación para su conversión en el Museo de Historia de la Ciudad y del Mar, obras que incluyen la supresión de todas aquellas intervenciones constructivas que se han considerado alteraban el valor histórico del mismo, al tiempo que conjugan la incorporación de otros equipamientos que respetando las históricas permitirán su mejor aprovechamiento al fin pretendido.
Estado: Ruinas
Visitable: Si
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